La mayoría de viajeros visita Islandia por primera vez en verano, cuando el sol de medianoche ilumina los paisajes verdes y radiantes durante 24 horas al día. Cuando los días se hacen más cortos Islandia se viste de invierno, tiñe sus campos de blanco, congela sus lagos y cascadas y pinta auroras boreales en el cielo. El sol apenas sube del horizonte pero aporta una luz mágica inventando unos colores imposibles en lo que es casi un romántico atardecer constante durante todo el día.
La corriente del Golfo de México hace que las temperaturas sean más suaves de lo que muchos piensan (media de -0,5ºC en Reykjavík en enero, mes más frío). Todo esto hace que Islandia en Invierno sea un destino único para los viajeros y un hogar muy especial para los que allí viven. Una época de recogimiento, creación, meditación y sobre todo silencio y tranquilidad.
En este libro se recogen algunas de las fotografías tomadas por Joaquín, cofundador y guía de Boreal Travel, en sus 10 años de residencia en Islandia.